¡Nos vemos en la grieta!

Cuando parecía que The Legend of Zelda: Breath of the Wild no podía evolucionar, llegó Tears of the Kingdom para demostrarnos que siempre se puede ir un paso más allá en cualquier cosa.

Breath of the Wild ya era considerado uno de los mejores juegos de la historia y Tears of the Kingdom es prácticamente mejor en cada uno de los elementos que se nos ofrece en una aventura más de Link en Hyrule.

En esta ocasión no vamos a empezar con Link sumido en las catacumbas sin tener la más mínima idea de que ha pasado, pero aun así el juego nos vuelve a ofrecer un tutorial interesante porque todas las habilidades que tenemos son diferentes.

LO NUEVO

Para evitar spoilers solo diremos que Link tiene un brazo diferente que le otorga diversas habilidades como el hecho de atravesar muros de forma vertical, unir objetos y regresar en el tiempo un objeto.

Esto nos abre un abanico infinito de posibilidades a la hora de sobreponerse a las adversidades. Se nos puede ocurrir cualquier cosa como hacer carros, aviones, barcos, cualquier creación. Nunca un juego nos había ofrecido tal libertad a nuestra imaginación y ya por eso debe ser considerado como uno de los mejores videojuegos de todos los tiempos.

Además, gracias a esta habilidad se pueden combinar armas, escudos y flechas con todos los materiales que tenemos a nuestra disposición. Por ejemplo, ahora ya solo existen flechas normales, pero se vuelven incendiarias si les ponemos un chile abrasador, las hacemos de hielo, teledirigidas y mil cosas más.

Aquí también hay que poner atención en el hecho de que habrá zonas en donde si damos unos materiales, estos nos van a otorgar artefactos especiales como planeadores, asadores, ventiladores y escupe fuegos.

Los que necesitan energía funcionan con pilas, las cuales serán indispensables en nuestra aventura para hacer mil y un cosas alrededor del escenario.

TRES MAPAS

En Breath of the Wild recorrimos largas pradera, escalamos montañas enormes, sufrimos con laderas cubiertas de nieve y nos dio calor en el desierto; pero en Tears of the Kingdom tenemos dos zonas nuevas por conocer.

Una de ellas se encuentra flotan sobre nosotros en donde se desarrolló una antigua cultura. Pero no conformes con eso, también vamos a explorar el subsuelo. De verdad que cuando escribo esto me llega el mismo sentimiento que me invadió cuando vi la cantidad de cosas que tenemos por hacer.

La música y la naturaleza siguen siendo los mejores acompañantes en este momento de relajación. Los santuarios han cambiado, pero no dejan de desafiar nuestro ingenio para superarlos.

LO BUENO SE QUEDÓ

El combate sigue siendo exactamente el mismo (dejando de lado lo de las flechas), marcando al rival igual, esquivando, hacer parry. Ahora tenemos algunos enemigos diferentes que se andan paseando.

El mundo abierto es eso, un mundo abierto. No dependemos de tener cierto nivel ni nada por el estilo para caminar por donde queramos. Dependen en su totalidad de nuestra habilidad y paciencia para superar los obstáculos que tenemos enfrente y eso, eso es un mundo abierto.

Es un parque de diversiones si restricciones.

The Legend of Zelda Tears of the Kingdom es el claro ejemplo de la perfección.

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