¡Nos vemos en la grieta!

Nunca llegué a imaginar que enfrentarme a las fuerzas del mal en calabozos iba a ser una adicción, pero esto se ha vuelto realidad gracias a Diablo IV.

Antes de continuar, tengo que aclarar que este es el primer título disfruto de Diablo, así que aquí no habrá comparaciones con otros juegos de la saga.

SIMPLEMENTE ADICTIVO

Diablo IV me capturó desde la cinemática inicial con la intensidad en la que se desarrollan los hechos y como logra dejarte con la incertidumbre de lo que sucederá. Desde allí ya sentía la necesidad de seguir.

En este juego vemos todo con una cámara picada, casi cenital de hecho, y esto nos brinda la panorámica ideal para los combates.

Los controles son básicos y esto ocasiona que la línea de aprendizaje sea corta para controlar a la perfección el movimiento de nuestro personaje. La sensación de ir acribillando hordas de fuerzas enemigas está muy bien lograda porque apoya el crecimiento y desarrollo del personaje, además de lo estimulante que es ir subiendo de nivel.

Esto se logra gracias a la exploración que tenemos en un mapa que tiene misiones principales, misiones secundarias y varios calabozos que otorgan varias recompensas.

MÁS DE UNA FORMA PARA JUGAR

Diablo IV nos ofrece cinco clases de personajes para comenzar con nuestra odisea: bárbaro, druida, nigromante, pícaro y hechicero.

Cada uno tendrá en estilo de juego particular, pero dentro de esto, cada personaje tendrá un árbol de habilidades que se va perfeccionando según lo que tú decidas.

Puedes hacer a tu bárbaro más un personaje de apoyo (pensado para jugar cooperativo) o un bárbaro centrado en el combate cuerpo a cuerpo y en el exterminio de enemigos.

Esto abre un amplio abanico de opciones a la hora de introducirse en este mundo y por eso es importante pararnos a leer para definir lo que queremos.

DIABLO IV Y SU MÁGNIFICA AMBIENTACIÓN

Desde el tutorial todo el tiempo ya somos abrumados por sollozos, quejidos y música espectral. Encontraremos varios biomas que dan respiros necesarios a nuestros ojos con una variedad de enemigos interesantes.

El mapa es extenso, pero explorarlo no es tedioso. A mí me pareció sumamente entretenido. Existen varias opciones de dificultad, y yo jugué para un novato y tengo que confesar que en muy pocas ocasiones estuve cerca de la muerte.

Como conclusión mencionaré que Diablo IV fue el terror de mi sueño durante esta semana. No hice otra cosa que no fuera jugarlo y eso habla de lo bueno que me parece el título; es una fórmula exquisita.

Valió la pena esperar por Diablo IV

Calificación 8.5

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