A Plague Tale: Requiem llega con las responsabilidad de igualar al menos a su precuela y el resultado fue positivo.
Asobo Studio maravilló al mundo con A Plague Tale: Innocence y en esta secuela cumplieron con las expectativas, pero sin sorprender.
En esta historia Amicia debe de buscar una cura a la Mácula, un mal sanguíneo que afecta a Hugo, quien es capaz de controlar a las ratas o atraerlas en la época de la Peste Negra.
Aquí Hugo se ve más afectado por este padecimiento y sueña constantemente con un ave fénix y una isla que tiene agua curativa.
A partir de este momento inicia una aventura que brilla por las emociones que provoca con un entorno muy bien logrado en casi todos los aspectos.
En esta entrega no hay sorpresas a la hora de afirmar que el sigilo se mantiene como el punto fuerte del gameplay.
La mayoría de los niveles siguen diseñados para hacernos sentir como un objetivo vulnerable y evitar el conflicto.
Esto afecta un poco una de las promesas para este título pues se esperaba que hubiera más combates en comparación con la primera entrega.
A pesar de que, si hay un poco más de acción, esta no está implementada de la mejor manera y no terina por brindar una gran experiencia.
El diseño de niveles es muy similar a lo que vimos en Innocence, laberintos donde tendremos al menos un par de caminos para superar a los enemigos y en el que las herramientas aparecen en el momento justo para superar los obstáculos.
A pesar de que en general el juego es bueno, cabe destacar que A Plague Tale: Requiem no termina por ser la evolución esperada de Innocence.
Aun así, el título es bueno y merece una oportunidad (además está en Game Pass), aunque solo una porque no considero que sea un juego con una buena experiencia rejugable.
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