¡Nos vemos en la grieta!

Lo que comenzó como una secuela, terminó como un juego que encantó a muchos

Rage of the Dragons puede sonar como algo desconocido para los gamers más jóvenes, pero quienes crecimos dejando el cambio de las tortillas en las arcades sabemos que tiene una historia especial.

Este título, lanzado el 20 de septiembre de 2002, tuvo la importante participación de un estudio mexicano que se propuso hacer una digna secuela de una gran IP, aunque al final dio origen a algo nuevo.

La inspiración en Double Dragon

En la década de los 80 Technos Japan tuvo mucho éxito con una trilogía de peleas desarrollada por Yoshihisa Kishimoto, quien originalmente planeaba hacer la continuación de otro título.

Tomando como base la versión occidental de Renegade de Taito, en 1987 llegó Double Dragon, un beat’em up en donde controlas a un héroe que enfrenta hordas de villanos mientras recorre las peligrosas calles de una ciudad.

Su éxito fue tanto que se convirtió en una trilogía que concluyó en 1990; no obstante, se siguió explotando la IP varios años más tarde.

En 1995 Technos decidió darle un giro completo a la idea original y transformar a Double Dragon en un juego de peleas para la Neo Geo; no obstante, su recepción no fue tan buena.

Double Dragon 1995 Rage of the Dragons
Imagen: SNK.

Un año más tarde la compañía desapareció y varias de sus IP fueron absorbidas por Million, una empresa formada por ex trabajadores del estudio. 

Este precedente es importante para entender lo que vendría unos años más tarde.

Rage of the Dragons: La secuela de Double Dragon que no pudo ser

En 2002 la empresa mexicana Evoga Entertainment, quien colaboraba de cerca con SNK, conocida entonces como Playmore, decidió crear una secuela para el juego de peleas de Technos lanzado en 1995.

El proyecto fue desarrollado en colaboración con Noise Factory, aunque tuvo el problema inicial de que los derechos estaban en las manos de alguien más.

Million, la empresa que se formó al cierre de Technos, poseía los permisos para explotar la marca de Double Dragon, así que no fue posible tomarlos, pero en su lugar nació algo nuevo.

Rage of the Dragons se convirtió en un trabajo original donde Evoga tuvo un papel central, aunque esto no significa que tiraron la inspiración inicial por la ventana.

Mario Vargas, conocido como Mr. Vo, y José Luis Belmont, estuvieron a cargo de diseñar un nuevo roster de personajes, contando con ilustraciones de Ooma Bunshichiro, colaborador de Playmore.

Fue así como surgió una plantilla de 16 personajes de diferentes nacionalidades, entre los que se incluyó a Billy y Jimmy, protagonistas de Double Dragon.

Rage of the Dragons Peleadores

A este roster se sumaban Lynn, Sonia, Annie, Radel, el mexicano Pepe, Pupa, Kang Jae-Mo, Mr. Jones, Oni, Cassandra, Elías, Alice, el subjefe Abubo y Johann, líder de una secta adoradora del Dragón Negro.

La esencia de SNK en un juego que intentó proponer

Si algo debemos reconocer, es que Evoga supo adaptar lo mejor del estilo de los fighting games de la compañía al implementar mecánicas similares, añadiendo de paso sus propias aportaciones.

Los combates se jugaban a un único round en donde podías intercambiar lugar con otro peleador, aunque esta habilidad sólo podía usarse al llenar una barra especial.

Si el personaje de cambio estaba herido incluso podías curarlo apretando los cuatro botones asignados a los golpes, aunque esto dejaba expuesto a quien se encontraba en el combate.

Rage of the Dragons Cambios

A grandes rasgos, podemos decir que las mecánicas eran similares a las de Fatal Fury, pero había un elemento único y especial.

Rage of the Dragons añadió los first impacts, golpes que podían paralizar a los enemigos en el aire para exponerlos a letales combos.

Este juego también incluyó finales únicos que se desbloqueaban al usar a las parejas predeterminadas, así que la rejugabilidad estaba garantizada.

El ocaso de Rage of the Dragons

Hasta aquí todo suena maravilloso, pero el juego tenía grandes problemas, no solo en lo visual, sino en la jugabilidad.

Lo que más afectó a los gamers es que los personajes estaban extremadamente desbalanceados, así que en cierto punto la experiencia se rompía.

Aunado a esto, las animaciones lucían demasiado básicas en comparación con otros juegos similares que terminaron sobresaliendo.

La vigencia de Rage of the Dragons fue muy corta y su legado solo perduró hasta 2003, cuando Jimmy, Lynn, Elías y Mr. Jones aparecieron como invitados en Power Instinct Matrimelee, un título de peleas de Noise Factory.

El posible renacer en plena pandemia

A casi 20 años de su estreno, Rage of the Dragons podría tener un segundo aire, aunque esta vez de la mano de un estudio indie.

Piko Interactive, un proveedor especializado en videojuegos retro, anunció en mayo de 2020 la compra de los derechos del título de Evoga, aclarando que estaban trabajando en algo para dicho título.

La mala noticia es que hasta el momento no han dado una nueva actualización, así que no se sabe de qué se trata.

Rage of the Dragons es uno de los tantos esfuerzos de estudios mexicanos que lograron dar frutos en el mercado internacional, y aunque no se convirtió en un hit, dejó en muchos fans un grato recuerdo.

¿Alguna vez lo jugaste?

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