¡Nos vemos en la grieta!

Nuestro colaborador, Roy Sarmiento, nos comenta acerca de su experiencia para narrar videojuegos desde casa

La pandemia nos ha tratado por igual a todos. Negocios que cierran, escuelas vacías y un panorama en el que el gaming se ha visto relegado, en su mayoría, a la escena online. Los esports son parte de esta industria, por lo que la falta de eventos presenciales los afectó.

Cuando pensamos en esports, lo primero que se viene a la mente son los jugadores. Sin embargo, se trata de toda una estructura encargada de hacer que lo mejor del deporte electrónico llegue hasta los hogares de millones de personas alrededor del mundo.

Dicha estructura la componen desde inversionistas hasta pasantes, y en medio de todo, están muchos otros trabajadores. Es dentro de estos que se encuentran los casters y el talento a cámara, quienes también se han visto relegados a sus casas. Al menos en la mayoría de los casos.

Adaptarse a la vida y el trabajo en la pandemia no fue algo sencillo. En especial porque muchos tuvimos que regresar a casa, a cientos de kilómetros de distancia de donde normalmente llevábamos nuestra vida laboral. Para este punto podrán intuirlo, pero por si todavía quedaba duda, debo aclarar que soy comentarista de esports.

Un cambio radical para los casters de esports

Habiendo llevado la mayoría de mis años en la escena de una comunidad como la de Super Smash Bros., en la que los eventos se dictan de manera presencial, el cambio no pudo ser más radical para mí.

Pasé de viajar cientos o incluso miles de kilómetros para ir a eventos, a estar encerrado en casa de mis padres en Oaxaca, con una descarga de internet de 10 megas y una subida que omitiré para no hacerlos llorar.

No fue una situación sencilla al principio, por varias razones. La primera es el aspecto social de la convivencia en mi escena. Durante los últimos seis años de mi vida, había estado acostumbrado a ir a torneos de forma casi religiosa, al menos una o hasta varias veces por semana.

Si bien no comentaba en todos los eventos a los que iba, era parte de mi rutina ir a ver a mis amigos y conocidos a distintas partes de la Ciudad de México, para jugar la serie que más me gusta.

La segunda razón está directamente relacionada con la anterior y es que la gran mayoría de mi trabajo había sido de forma presencial. Ya fuera en un local de Copilco que se inundaba con las lluvias o en un centro de convenciones en Detroit, Michigan.

Es justo por ello que cuando se empezaron a presentar oportunidades de trabajo, ya empezada la pandemia, me vi enfrentando un nuevo reto: falta de equipo y de conocimiento del lado de producción.

También te recomendamos: ESPORTS: ¿QUÉ ES UN CASTER Y CUÁL ES SU IMPORTANCIA EN LOS DEPORTES ELECTRÓNICOS?

roy, caster, esports

¿Qué se necesita para ser un caster de forma remota?

Hasta antes de la pandemia, mi trabajo había consistido en saber comentar y llegar al sitio de forma presentable para trabajar. Siempre había alguien que solucionara los problemas técnicos por mí y comentaba con equipo que no me pertenecía.

Por supuesto, todo eso cambió cuando la Nación del Fuego atacó… bueno, la pandemia. Recapitulando: estaba lejos de mi ambiente normal de trabajo, a kilómetros de CDMX, cuna de los esports en México. Ahora tenía un internet inestable y no contaba con el equipo necesario. Pero en esta industria es adaptarse o morir, así que pronto empecé a buscar soluciones para poder realizar el trabajo de forma remota.

Para mi fortuna, la mayoría de lo que necesitaba conseguir pude tomarlo prestado. Un micrófono Shure SM58 (y cables XLR) de mi papá, quien lo ocupaba para presentaciones musicales, y una mezcladora Behringer de uno de mis mejores amigos.

Lo único que faltaba era el internet adecuado. Tras mucha deliberación, decidí pedirle espacio a mis tíos, quienes afortunadamente cuentan con una conexión de fibra óptica mucho más estable que cualquier cosa que yo pudiese encontrar en las cercanías de la casa de mis padres.

roy, esports, caster, smash bros

Así quedaron solucionados los problemas de equipo. El siguiente acertijo fue aprender a usar el resto de las cosas necesarias para las transmisiones. Algunas sencillas como aprender a usar las características de Discord y algunas más complejas como usar software para ecualizar un micrófono o usar OBS de manera adecuada.

Afortunadamente todo ello fue evolucionando en un sistema al que ahora estoy acostumbrado. Sea trabajar para un evento de mis amigos o un torneo oficial de Nintendo, hay poco que cambie en la rutina: salir a casa de mis tíos, conectar el equipo y hablar durante horas. Esa es por supuesto la versión más simplificada de las cosas, pero tampoco puedo pretender como que haya sido una odisea imposible.

Comentar con Covid-19

Otra de las complicaciones fue sin duda el haber contraído Covid, a pesar de mis muchas precauciones. Aunque mi trabajo no podría ser nunca considerado como una labor esencial, lo que sí es esencial es el uso de la voz en el comentario.

Curiosamente fue gracias a estar trabajando que me di cuenta que estaba enfermo, pues durante una transmisión comenzó a faltarme el aire. Como consecuencia de la enfermedad, me vi forzado suspender toda actividad por casi un mes, para recuperarme y cuidar de mi familia. Gracias a la fortuna, todo salió bien en ese aspecto, pero he de admitir que las secuelas me afectan de vez en cuando.

Sin duda esta ha sido una temporada de aprendizaje, tanto técnico, como personal. A pesar de todo, me ayudó a redefinir lo que significa para mí el ser partícipe de este monstruo que es la industria de los videojuegos. También me dio una nueva perspectiva del tremendo esfuerzo, tanto técnico como de producción, que tiene que ponerse detrás de un evento que, en apariencia, es tan simple como un torneo de videojuegos.

Con esta nueva perspectiva, he reforzado más que nunca que la preparación y constancia son cruciales para hacer que las cosas sucedan. No se necesita la mayor habilidad dentro del juego para poder trabajar en los esports. La dedicación para buscar los medios necesarios para hacerlo y, en mi caso, un micrófono prestado, son más que suficientes.

TEXTO POR RODRIGO ‘ROY’ SARMIENTO | @Roy_OrS

Compartir
Recomendaciones